miércoles, 14 de noviembre de 2018

Comprendiendo la Lección No. 6 de Un Curso De Milagros

Lección 6. Estoy disgustado porque veo algo que no está ahí.

Explicación por Jasson Hurtado

Hay una metáfora que hemos usado en los presenciales para comprender esta lección.

Dos monjes zen iban cruzando un río. Se encontraron con una mujer muy joven y hermosa que también quería cruzar, pero tenía miedo. Así que un monje la subió sobre sus hombros y la llevó hasta la otra orilla.

El otro monje estaba furioso.

No dijo nada pero hervía por dentro.

Eso estaba prohibido.

Un monje budista no debía tocar una mujer y este monje no sólo la había tocado, sino que la había llevado sobre los hombros.

Recorrieron varias leguas.

Cuando llegaron al monasterio, mientras entraban, el monje que estaba enojado se volvió hacia el otro y le dijo:

-Tendré que decírselo al maestro.

Tendré que informar acerca de esto.

Está prohibido.

-¿De qué estás hablando? ¿Qué está prohibido? -le dijo el otro.

-¿Te has olvidado? Llevaste a esta hermosa mujer sobre tus hombros -dijo el que estaba enojado.

El otro monje se rió y luego dijo:

-Sí, yo la llevé. Pero la dejé en el río, muchas leguas atrás. Tú todavía la estás cargando...


En una primera aproximación la idea de la Lección aplica en muchos casos de disgusto, porque ciertamente la situación no está ahí, pero el disgusto persiste y la especulación mental que expresa ataque, resentimiento, retaliación, boicot, revancha y castigo contra el hermano sigue haciendo presa de nosotros. Mas lo cierto es que lo que se vio, escuchó o sintió que disparó el disgusto ya no está.

En una segunda aproximación más profunda, UCDM nos afirma que “las cosas que causaron el disgusto ni siquiera existieron”, lo que ocurrió fue que la percepción del ego que ve ilusiones de separación fabricaron los escenarios y personajes crueles, violentos y autoritarios que protagonizan esas visiones que ciertamente parecen muy reales, mas no forman parte de la realidad de Dios.

No podemos abordar esto solo con el esfuerzo intelectual de comprenderlo. Es necesario recurrir a la pedagogía espiritual del curso para tener éxito; primero en la comprensión de que aquello que disgusta ya no está ahí; y luego en el empoderamiento de la paz que ofrece ver un mundo sin disgustos.

Me incluyo en el grupo de los que nos disgustamos porque vemos en el hermano o hermana acciones que juzgamos como egoístas, más me incluyo en el grupo (quizá más reducido) de los que decidimos meditar en silencio todos los días para recibir la intuición que permite ver la verdad y desechar las ilusiones.

1 comentario:

  1. No podemos juzgar a nadie por sus acciones u omiciones, hay un Dios y nuestra conciencia, los que nos hacen reflexionar entre lo bueno y lo malo; toda acción con buena voluntad merece ser apoyada, màs no sensurada...

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